¿El soneto le arranca un bostezo? ¿Églogas y odas le parecen has been? ¿Se maneja al dedillo su librillo de Las cien mejores poesías mexicanas y otros Ómnibus en movimiento? Corto de inspiración, despechado por la musa, ¿mira hastiado la página en blanco con la mente en ídem? Si su respuesta a alguna o todas las anteriores es un rotundo y sediento SÍ, el letrismo críptico es para usted.
¿¿¿Letrismo críptico???
Y eso, ¿qué carajos es?
No debe confundirlo, dilecto lector, con el célebre letrismo deslumbrantemente teorizado y practicado por Isidore Issou —aunque retome de aquel la ambición de refundar las disciplinas artísticas para verterlo todo, de nuevo, al crisol de las formas. El letrismo críptico se declara a un tiempo impulso y destino: los de renovar la lírica a través de un puñado de procedimientos vigorizantes que aprovechan —con innegable alevosía y marcada ventaja— las incontables herramientas digitales de traducción y cifrado hoy tan a mano en la red.
El pasado annus pandemicus, Periódico de Poesía se acercó al criptoletrista mexicano radicado en Barcelona Alain-Paul Mallard a fin de que nos ilustrara sobre algunos de sus artefactos poéticos que —clama el susodicho— «revitalizan la fláccida Antología mexicana»…
Alain Paul-Mallard
El mar de Aral me estaba mirando. Letrismo críptico: introducción y breve antología
Publicaciones del Periódico de Poesía
Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura, UNAM
Ciudad de México, 2021