¿Fantasma yo?
Sabía que iba a morir, sólo era cuestión de saber cuándo. La inmutable certeza, era que iba a morir.
No tengo claro cuándo me convertí en fantasma, sólo recuerdo que, cuando morí, ya tenía rato siéndolo. Morir fue sólo un proceso de oficialización de mi condición fantasmal. Un formalismo para hacerlo evidente.
Al reconocerme en mi nuevo estado, la muerte dejó de ser fuente de temor e incertidumbre. Más que causa, se tornó en consecuencia. Resultado, penitencia y significado.